La guionista Alicia Luna recibirá en el acto de clausura del 61 FICX, el Premio Comadre de Cine. El Festival le otorga este reconocimiento en colaboración con La Tertulia Feminista Les Comadres para celebrar, no sólo los logros obtenidos en su carrera, sino también, su firme compromiso con el avance de las mujeres en el cine y dentro del conjunto de la sociedad. «Que alguien a quien consideras mucho te de un premio es un honor y una responsabilidad, voy a intentar estar a la altura», apunta la homenajeada.

Alejandro Díaz Castaño, Alicia Luna y Begoña Piñero

Su visión atenta al mundo, su interés y preocupación por lo que la rodea, la convierten en una de las voces más originales y valoradas del ámbito cinematográfico. Escritora de películas como Te doy mis ojos o y La boda de Rosa,  Alicia Luna reconoce que se dedica al cine porque tiene «mente inquieta y cuerpo hiperactivo». Para ella, lo más importante a la hora de abordar el acto de la creación, son los personajes: «Me concentro mucho en saber cómo son, qué sienten; en construir sus emociones. Siempre hay algo de mí en ellos, aunque sea en el asesino. Hay que querer al malo para que el público pueda empatizar también con él, aunque sea atroz. Porque si no entendemos, nos distanciamos y nos da igual. Yo intento que mis pelis no sean arbitrarias ni caprichosas, intento crear un personaje y dejarle libre. Mi manera de trabajar es muy introspectiva, intento que los personajes me interpelen a mí para yo tener algo que decir también, es la manera de llegar al espectador».

En 1999 escribe su primer largometraje, Pídele cuentas al rey, dirigida por José Antonio Quirós. Tras esto, comienza su colaboración con la directora Icíar Bollaín, junto a quien firma  el guion de Amores que matan (2000); Te doy mis ojos (2004), Goya al Mejor Guion y el Premio al Mejor Guion Europeo; En tierra extraña (2014); y La boda de Rosa (2020), Premio ALMA del Sindicato de Guionistas al Mejor Largometraje de Comedia. Firma otras obras como El Refugio (2021), de Macarena Astorga; o Sin ti, no puedo (2022), de Chus Gutiérrez. En 2014 participa en la película Yo decido: El tren de la libertad, que fue filmada por el Colectivo de mujeres cineastas contra la reforma de la ley del aborto y que acompañó la protesta iniciada en Asturias por la organización Mujeres por la Igualdad de Barredos y la Tertulia Feminista Les Comadres, un grupo de personas que Alicia Luna admira y al que define como «muy fuerte, muy importante».

Alicia Luna, Premio Comadre de Cine

La guionista es también docente de cine, creadora de la Escuela de Guion de Madrid, y autora de libros de formación como Matad al guionista y acabaréis con el cine, una declaración de intenciones desde el propio título: «No se hace caso al guion, pero todo el mundo dice que sin guion no se puede rodar. Todo el mundo quiere “matar” al guionista, pero sin guionista no hay película». Es, además, socia constituyente de la Fundación Lydia Cacho, que ayuda a personas amenazadas por luchar contra violaciones de los derechos humanos. Conoce a la periodista y activista Lydia Cacho cuando viaja a México invitada a escribir un guion sobre ella. Dice haber sentido miedo al principio y se emociona cuando recuerda la llamada a su madre en la que le pide consejo sobre si seguir o no adelante con el proyecto. Ella le dijo: «si dejas de hacer algo en la vida porque te da miedo siempre te arrepentirás». Si la película no se hizo finalmente fue, porque como advierte Alicia Luna, sufrieron amenazas. Viendo la situación de indefensión de Lydia Cacho, se le ocurrió crear una fundación europea en España: «En México se matan a muchos periodistas, la cifra me parecía escalofriante, así que monté la Fundación (…) Ella es una de mis mentoras de vida».

Respecto al lugar de la mujer en el cine español, aunque reconoce el avance logrado a partir de la cuota, la guionista señala que el presupuesto medio del cine dirigido por mujeres es menor de la mitad respecto al concedido a sus compañeros hombres. Por ello, reclama «un mayor presupuesto para las mujeres», y pide a los grandes productores que «confíen en las nuevas directoras». La guionista lo admite: «Siempre estoy peleando».